Una piedra o una flor para decir adiós

91a       Nada de lo que crees saber es verdad, ni siquiera la ciencia lo es, pues ésta aún cree, que la tierra redonda es. Nada puede ser verdad, porque la Tierra, donde tú vives ahora, es una escuela a donde se viene aprender a caminar. Por tanto, la verdad que crees tener, no es del todo cierta, aunque ésto, a muchos les duela saber.¿Cómo va a ser verdad, todas la chorradas que por las noticias nos dan? Por dar un ejemplo, el terrorismo no es tal y como te hacen creer que es, el terrorismo es un negocio con el que muchos pierden, pero otros pocos, ganan mucho más, de lo que te puedas imaginar. El terrorismo es un mentiroso, al que le gusta meter miedo en el cuerpo a los demás y así, él poderte dominar. El terrorismo se disfraza de bueno, y señala a otras culturas, a otros países, a otras religiones, como responsables de su maldad, y todo porque el auténtico terrorismo, necesita engañar, para con petróleo saciar su cruel sed, que parece nunca sedienta estar. ¡Terrorismo, el plumero se te empieza a ver ya! Cuántos ejemplos, en el blog de hoy, les podría dar. Pero, ¿Para qué liarlos con ejemplos? Si es que la verdad con poco va. Creo que va siendo hora, de que el hombre entienda que somos como niños jugando a ver quien puede más. Las guerras mundiales que la humanidad ha vivido, a pesar de sus terribles consecuencias, no han sido más que piques infantiles entre países, con una sola pretensión: Ser el más grande, el más que puede, el más que tiene, el MÁS. Únicamente, para aparentar y para decir que el mundo le pertenece; que es suyo y de nadie más. Mientras, el Supremo se parte de risa escuchándonos las bobadas, que no paramos de inventar. ¿Superior a qué? Si somos piojitos, viviendo en una tierra que flota en el mar, un mar que rodea un planeta que se llama Tierra, y que de tierra poco va a quedar, como sigamos queriendo conquistar, algo que no es tuyo, ni mío, sino de todos y de nadie más, porque, éste es un lugar al que venimos a pasar un ratito, para luego regresar a nuestro hogar. Por cierto, ¿Han visto la película; “Nuestro hogar” Se las recomiendo. (Perdonen el giro tan radical que les acabo de dar, les devuelvo al blog, y espero que no se hayan mareado, con la frenada que les acabo de dar) Lo que les decía, ¿De qué le vale a un país, ser potencial mundial? Pues está muy claro, para poder controlar. A mi, que me encanta soñar, siempre sueño en un mundo donde haya unidad. No me refiero a la unidad de las matemáticas, sino a esa unidad de la que Macaco, el cantante Español, ha creado una canción, y quién con su “Do, re mi, fa , sol” le ha dicho a la gente, muy sutilmente, que hay una ley suprema que se llama; La ley del uno, y a la que además, el interprete te invita a pasar, a unirte, a ser uno más. ¿Ya te sumastes ya? Pues no esperes más, porque con esta ley entenderás, que las etiquetas culturales son muy perjudiciales, más incluso que el azúcar que a tus hijos les das para merendar. Pongamos otro ejemplo, uno con el que yo me he pasado muchas horas meditando, para saber quien tiene la verdad. Hittler o los Judíos, Los Judíos o Hittler. Menuda responsabilidad escribir estos dos nombre juntos, en este blog, sin que me ponga a temblar. He estado mucho tiempo leyendo, leyendo y releyendo, sobre este asunto, del que me cuesta encontrar el auténtico principio y el auténtico final.. y al final, al final, al final… Al final, el mismo Final me ha puesto un asiento de piedra al lado de Sócrates, menudo honor el mío, con un fin, hacerme entender, que yo como él filósofo, tampoco sé na´ Muchos creen que Hittler es un criminal, y otros lo creen de los Judíos, y en medio de tanto lío, me encuentro yo escribiendo mi propia verdad, que no digo que sea la gran verdad. Ni los Alemanes, ni los Judíos son malos, Sería un error por parte de la humanidad juzgar sin más, alguno de ellos, sin haberte puesto primero a investigar. He escuchado cosas horribles sobre los Judíos, y he leído barbaridades sobre los Nazis, de la misma forma que escuchado e investigado cual es la verdad que hay detrás de cada uno de ellos. Reconozco que aún me falta mucho por aprender pero, al menos tengo mi primera y pequeña idea, sobre este conflicto que es tan difícil de entender. En mi opinión, tanto Alemanes como Judíos, aunque en idiomas distintos, están hablando de lo mismo; La humanidad y su despertar. Yo no quiero entrar en la polémica que hay detrás de este asunto. No por cobarde, sino porque necesito indagar más sobre algo que sucedió en un pasado, del que yo siento que aún me falta por aprender mucho más. Me sabe amargo decir que los Judíos fueron malos, por las razones que se suelen dar, como también me pasa con el Alemán. Aún, no me atrevo a subirme a la balanza para juzgar, y señalar quien es el bien o quien es el mal, eso mejor se lo dejo a Pallas Atena, que es la que mejor sabe juzgar, porque todavía necesito dialogar más sobre esta verdad. Lo que yo quiero hacerles entender es que el ser humano, debe aprender a escuchar y buscar toda la verdad, antes de hablar, de posicionarse o de juzgar. Para defender mi idea sobre este asunto, he decidido hacerlo a través de unos símbolos y así, pienso me puedan todos ustedes entender. El primer símbolo del que he decidido hablar es el de Hittler. Su saludo, donde una mano que va estirada hacia el frente y ligeramente inclinada hacia arriba, como si quiera señalar algo que está por encima de su vista, mientras que la otra pegada al pecho va. Es un gesto, que seguro todos conocerán, un gesto que tiene un significado más espiritual que militar. Hasta hace poco, cada vez que veía el saludo nazi por los medios de comunicación, los pelos se me ponían de punta, me horrorizaba aquel guiño, y todo era a consecuencia de una mala interpretación, que el hombre le ha dado a este saludo, que hacía un señor junto a su nación. Un señor, y me refiero a Hittler, que descubrió una verdad espiritual, y que por sus miedos y complejos confundió, manipuló y mal uso. Este gesto del que les hablo, no era de Hittler, él sólo lo descubrió. El saludo de Hittler está en todos lados, párate a observar; Los alumnos cuando tienen dudas en clase, y quieren preguntar a su profesora, levantan la mano como Hittler. Los deportistas cuando ganan alguna copa o medalla, levantan su mano de la misma forma que lo hacía Hittler. En la política, se suele también usar este saludo, sobre todo al final de los meetings. Cualquier sacerdote cristiano también hace ese gesto al saludar a sus fieles, e incluso Cesar, el padre de Augusto, quien trajo 200 años de Pax al imperio romano, también saludaba de la misma forma que el alemán. Y se fijan bien, hasta los indios americanos saludan como cualquier otro ciudadano, que ante un juicio promete que va a decir la verdad y toda la verdad. Todos estos saludos son el mismo saludo, y aunque se usan en contextos distintos, están expresando la misma verdad espiritual. Lo mismo ocurre, con el símbolo de los Judios, de la estrella de David, La mala interpretación del símbolo ha llevado a la ruina a la especie humana, pues este símbolo del que he leído que fue usado por otros pueblos como mandalas, otro psicograma de la superación de la dualidad, como un Yin-Yang del tao, la unión de los opuestos, la unión del cielo con la tierra, la encarnación terrenal de la divinidad ,nada de malo tiene, ni tendrá ¿Se han dado cuenta? Todo se puede mal interpretar, pero afortunadamente es tu luz interior, la que te ayudará a comprender que no hay nada bueno, ni malo ni en el judío, ni en el alemán, pues todo lo que tus ojos ven, es un fiel reflejo de tu forma de pensar. Dos personas, una situación y tropecientas formas de interpretación. Pero esto ocurre con todo. Fíjate que cuando morimos, algunas culturas ponen flores cuando van a visitar a la persona que han perdido. Otra en cambio, ponen piedras en su lugar. ¡Cómo si los estuviera viendo! Pues más de uno, seguro se acaba de regañar con la idea de poner piedras, en lugar de un bonito ramo de flores, que con los días se marchitará. ¡A ver! Las dos opciones están bien, es más hay otras culturas que ponen otras cosas diferentes a las flores o piedras, cuando a sus difuntos van a visitar ¿Y qué más da lo que pongan? A ver, los que ponen flores las ponen por una razón y los que ponen las piedras les pasará igual, tendrán su propia interpretación. La razón de porque los judíos ponen piedras sobre las tumbas de sus difuntos, tiene mucho sentido. La piedra para ellos, tiene la particularidad ser una creación antigua y de vida muy larga, con un mensaje implícito; la eternidad y los judíos sobre la muerte piensan igual. Éstos creen que el alma por ser eterna sigue existiendo, y lo único que se fue es el cuerpo. La flor, en cambio tiene corta vida y rápidamente se marchita, igual que el cuerpo que murió. Me atrevo a decir, que los cristianos con la flor dicen adiós al cuerpo, y los judíos con la piedra, dicen adiós al ser que se marchó. Da igual como te expreses al decir adiós, con una piedra o con flor, lo importante es que te despides de alguien que seguro estará con Dios. Todos hemos perdido a alguien, y alguien nos perderá a nosotros alguna vez, esta es una ley que debemos aprender, pero aprenderla sin dolor y sin temor es como lo debemos hacer.

En la tierra no llueven piedras.

th       Platón, un filósofo de la antigua Grecia, de los que se iniciaron en el pensar racional, solía contarle a sus discípulos que el mundo en el que vivimos era una copia con algunos desperfectos, de un mundo superior, dónde sólo hay perfección. Este filósofo, a quien le encantaba enseñar a través del diálogo, planteaba cosas, que no todos en su época tenían capacidad para entender, pues éste nació en un siglo donde, la gran mayoría de personas no le daban tanta importancia al saber, sino que por el contrario, se la daban al tener. Muchos de ustedes creerán que ese pasado nada tiene que ver con lo actual, aunque yo creo que algunas cosas seguimos igual. Es cierto, que las nuevas generaciones ahora tienen derechos, incluso la posibilidad de estudiar, pero yo siento que en algunas cosas no se avanzado de verdad. Por ejemplo, el método con el que se trabaja en el sistema educativo actual, no es, bajo mi punto de vista, la manera correcta, ni siquiera sana, para enseñar. En mi opinión, enseñar a otra persona es un acto de gran responsabilidad, donde el instructor se debe comprometer hacerlo con honestidad, con respeto y con humildad. En esta sociedad alocada y siempre con prisas, tanto alumnos como profesores son víctimas de un sistema, que a mi juicio se inventó y se implantó sólo para adoctrinar. Muchos políticos del pasado, para poder controlar al pueblo, lo primero que hicieron fue atacar al sistema educativo, arrancándole a éste del vientre, aquellas materias que ellos sabían perfectamente que eran las llaves para el despertar. Asignaturas como arte, filosofía, música…todavía se consideran, en este país, materias de segunda categoría, asignaturas en las que los responsables de defenderlas dentro de un aula, se les miran como si fueran a enseñar cosas que no tiene valor dentro de la educación de esos niños que mandamos a la escuela, sólo para que aprendan a memorizar. Memorizar es algo que debemos desarrollar. Pero, ¿Qué pasa con la parte de la creatividad? ¿Qué pasa con el resto de cosas que se tienen que razonar? Son muchos los niños que terminan bachillerato, sin saber con que otros planetas convive su planeta, dentro de este gran sistema solar. Ellos son víctimas de un sistema educativo que los señala como fracasados, y a quienes no les dan la oportunidad de pensar, alumnos que se tienen que aprender un guión, que sólo les servirá para irse a trabajar, cuando su vida escolar llegue a su final. La semana pasada, uno de mis ex alumnos me hablaba del tiempo meteorológico. Su conversación me dejó algo preocupada, porque sus expresiones eran tan arcaicas, que les confesaré que si hubiese cerrado los ojos mientras lo escuchaba, hubiesen creído que era un anciano, por su forma de hablar. Este muchacho me decía, que el fin del mundo pronto iba a llegar , porque el tiempo meterológico estaba fatal. Me soltaba cada frase, que me dejaba disloca. Me dio la sensación, y ésto lo digo enserio, de que la humanidad ha ido hacia atrás. Aquel muchacho del que me consta que a su alcance la tecnología y la información está, como cualquier otro muchacho más, no era capaz de hablar con propiedad, solo repetía frases escuchadas por sus mayores, esos adultos contaminados por una falsa verdad. La manera en la que el muchacho me contaba su manera de entender el mundo, me sonaba a mitología, a creencias de un tipo de personas que no se paran a pensar. Y es una lástima, que tantos millones de euros que se invierten en la educación, sólo forme alumnos que sirven para trabajar. ¡Es una lástima y lo digo de verdad! Juan Luis Guerra cantaba, hace años, una canción que yo recuerdo con claridad “Ojalá que llueva café en el campo” ¿La recuerdan? Cómo me encantaba esta canción, me encanta y siempre me encantará. Aunque, Juan Luis cantaba con el Ojalá, yo siempre la pienso en Imperativo, porque así es como los sueños se hacen realidad. Este gran artista, lanzaba un mensaje de esperanza donde los granos de café se convertían en los héroes para la humanidad, unos héroes que se harían cargo de cambiar la injusta social. Quizás, el tan querido cantante latino; Juan Luis Guerra, con sus granos de café intentó aplicar un remedio casero y natural, contra la ignorancia de la humanidad. No es la primera vez que escucho, que caen cosas extrañas del cielo, a parte de las gotitas de agua, de las que tan habituados estamos de ver precipitar. También he escuchado, a parte de los granos de café, que han llovido sapos, y hasta piedras, ya una vez en otro blog les conté y aunque, aún no se sabe la razón por la que caen del cielo cosas tan extrañas, les diré que a mi parecer, ésto es un mensaje que la madre naturaleza, con su lenguaje nos quiere hacer entender, de que algo aquí abajo, no anda tan bien. Quizás muchos de ustedes piensen, que ahora yo soy la mitológica y no la racional. Puede que así lo parezca, pero, tengan en cuenta una cosa, entre lo mitológico y lo racional es donde, creo que se encuentra la verdad. Yo siempre he pensado que la magia tiene algo de ciencia, y en la ciencia, algo de magia también se puede encontrar. ¿Que quieren que les diga? A veces, me permito imaginar, inventar y soñar, para salirme de esta “realidad” en la que encuentro, muchas más mentiras que verdad. No es la primera vez que digo ésto, y tampoco la última será. A veces, caemos en la rutina esclavizadora, y no nos queda tiempo para pensar, en otra cosa que no sea la idea de trabajar y trabajar, y ni siquiera cuando llueve nos paramos al cielo a mirar. La lluvia no es sólo un fenómeno que ocurre en el planeta tierra, también llueven en otros planetas, aunque en los centros educativos de ésto nunca van hablar. En los centros educativos, a los profesores y maestros no se les dejan enseñar sobre una verdad que tapadita siempre está. Existe un tabú para hablar de religiosidad, de filosofía, de enseñanzas que herméticas siempre están. El gobierno ha creado unas leyes educativas donde ciertos contenidos, dicen ellos, que es mejor no tratar. Contenidos que curiosamente en la filosofía, en el arte y en esas materias de las que antes les hablaba, dicen ellos que es mejor no tocar. El gobierno pretende que me crea su verdad, que ni el borracho del bar se la puede tragar. Una verdad que ni siquiera acompañando con una copa de ginebra, puede bajar. Y luego, irónicamente, la pornografía al alcance de los menores fácilmente está. ¡Y todos ustedes saben que ésto es una realidad! Parece que la humanidad prefiere hablar de culos y tetas antes que de cultura y del saber ancestral. ¡Qué pena la verdad! Yo, para serles sincera, me inclino por la lectura que me aporte algo más que una postura sexual. Hace unas semanas, en un artículo de la BBC News, leí que en Júpiter y Saturno llueven diamantes; “Asombroso” fue lo que pensé. Quizás algunas personas, más materialistas que espiritual, al enterarse de esta noticias, lo primero que harían, sería comprarse una buenas botas de agua, chubasquero y paraguas para ir en busca de estos diamantes, de los que muchos creerán que podrán fin a su infelicidad. ¡Qué pena me da! Pues no hay mayor pobreza que la falta de espiritualidad; Esta claro que a cada uno le llueve , lo que le tenga que llover y ya está. Quizás Audrey, la muchacha que desayunaba con diamantes, la idea de irse a estos planetas, le hubiese gustado más que en La Tierra estar, pero yo, a pesar de que me encantan las piedras, no cambios mis gotitas de agua por na´, pues si se paran a pensar, el agua es más fuerte e importante que cualquier mineral. Las gotas de agua que caen en la tierra dan vida a la humanidad, las gotas de diamantes que caen en otros planetas desconozco que darán, y les aseguro una cosa, que no me voy a obsesionar, porque yo sólo me ocupo de estar aquí y ahora, y no en un lugar que a años luz está. Fuese como fuese, vivamos el presente aquí y ahora en este planeta que nos ha tocado cuidar. Ojalá, aquellos que prefieren desayunar con diamantes, un día descubran que rico está el pan tumaca para desayunar, y que de una vez por todas, se den cuentan que nuestros dientes no están diseñados para masticar ninguna piedra, por muy buena pinta que ésta pueda aparentar. Al hombre de hoy, en su afán material, lo veo capaz de meter en la pirámide alimenticia, piedras preciosas para picotear. Todo es posible; créame, pues ya hasta el oro se puede, aunque en pequeñas dosis, encontrar en el menú de restaurantes de alta calidad. A veces, sólo a veces, pienso que el mundo se ha puesto girar a mayor velocidad, y por eso, a más de uno el sentido común se le ha descolocado del lugar, donde el sentido común debería estar. Pero, ¿Quién soy yo para juzgar? Si he escrito un libro donde una piedra puede soñar.. Ya lo decía mi sabia abuela ; ¡Johanna no se puede criticar, que cada uno diseñe su vida como la tenga que diseñar!

La vida es un juego, una partida con 48 piedras

 

       La lectura siempre ha sido para mi, y seguro que para muchos de ustedes, como el aire para poder respirar. Sin embargo, muchos de mis maestros creyeron que a mi de pequeña, no me gusta leer. El motivo por el que éstos pensaban así sobre mi, y les seguro que si alguno de ellos está leyendo este blog ahora, lo estará descubriendo en este preciso momento, es que no me gustaban ninguno de los libro de la biblioteca del colegio, o por lo menos aquellos que estaban a mi alcance. Y no les cuento, como me ponía de furiosa, cuando en el instituto nos daban los títulos de los libros, de lectura obligatoria, que debíamos leer en cada trimestre, escogidos, como no, por los propios instructores de autores de los que yo no sentía ningún interés. Aquello me enfurecía mucho y mi reacción era interpretada por mis educadores como desinterés por la lectura, como consecuencia, siempre los tenía detrás de mi repitiéndome una y otra vez, que me tenía que leer aquellos libros sí o sí. Ahora mismo, me viene a la memoria, como me entraban ganas de gritar, cada vez que me soltaban aquel sermón, unos gritos que jamás salieron de mi boca, pues en casa siempre me enseñaron que a los profesores había que respetarlos, y yo nunca confundí las cosas y supe controlar aquellas hormonas adolescentes con ganas de revelarse contra el mundo, uff… ¡Que época más dura para el ser humano; la adolescencia, ese instante de la vida, donde las normas de los mayores son como cuchillos afilados! En mi corazón, guardo con mucha nostalgia y amor nombres de maestros y profesores de los que aprendí muchísimo, unos profesores que desconocían mi pasión por los libros. En mis años “teen” , me pasaba el tiempo entre libros; mis libros, aquellos con los que yo disfrutaba, y no con los que el sistema educativo consideraba que eran oportunos para mi edad. Mi madre fue la que me puso la miel en los labios y fue además, quien consiguió que el libro se convirtiera en uno de mis regalos más deseados en cada cumpleaños, y cada navidad. Ella nunca me dijo, ni me obligo a coger un libro. La técnica que mi madre empleó, para engancharme a la lectura fue muy buena, la mejor diría yo. Su método, para aquellos que quieran saberla, era la del ejemplo. Crecí, con la imagen de mi madre sentada en el sofá de casa leyendo libros, recuerdo que cada vez que la iba a interrumpir en su ratito de lectura, ésta levantaba una de sus manos, dejando a la otra con toda la responsabilidad de sujetar el libro, y sin separar su mirada de éste, me frenaba. Por un tiempo, pensé que mi madre tenía poderes mágicos, porque lograba paralizarme y callarme con su palma de la mano. Luego, me explicaba, la importancia de ser siempre respetuosa con las personas que estuvieran leyendo, y que sino era algo urgente, debía esperar a que éstas terminarán de leer. Recuerdo también, que mi madre tenía, y sigue teniendo, sus ratitos de lectura y meditación, y como no podía ser de otra forma, yo también los tengo ahora. Con el tiempo, he logrado desarrollar los mismos poderes que mi madre, y ahora soy yo quien paralizo a mi hijo con la palma de la mano, cuando estoy tumbada en el sofá perdida entre palabras, enredada entre las páginas de mis libros y saboreando del mejor verbo que existe; leer. Ahora soy yo, quien doy ejemplo, y quién pretende de una manera natural y positiva contagiar a mi hijo, para que logre amar la lectura, tal y como le pasa a su abuela y a su mamá. Estos poderes paralizadores de mi madre consiguieron despertar en mi, el interés por saber que era aquello que mi madre leía, y la mantenía casi hipnotizada, y entonces fue cuando descubrí la verdad. Los libros de mi madre, no era una lectura para adolescentes, pero quizás por imitación, los comencé a leer yo también, y así fue como entendí que a mi no me gustaba leer, lo que a mi me sucedía es que necesitaba leer. Sin duda, mi madre era más lista de lo que yo imaginaba, y pronto me di cuenta que algunos de los libros de los que ella se leía, eran libros que compraba para mi, y no para ella,aunque ella también los leía. Cierro los ojos, y a mi mente, llegan susurros del pasado, títulos de libros como Ana Frank, un libro que recuerdo perfectamente, y con el que descubrí que habían historia basadas en hechos reales; aquello me dejó fascinada, flipando diría mi hijo Paulo. También recuerdo, el verano en el que me leí el libro “El mundo de Sofia” y varios años después, una de mis profesoras de filosofía, a la que recuerdo con muchísimo amor, recomendaba la lectura de aquel mismo libro para leer en clase. En mi adolescencia, casi nadie leía, y sólo podía compartir impresiones sobre lo que leía, con mi madre, mi mejor amiga. Lo curioso del asunto, es que ella, y a pesar de los años, me sigue sorprendiendo con los libros que trae a casa. Con el tiempo, su tarea se ha complicado, pues ahora no sólo es madre, también es suegra y también es abuela. Abuela Ana, este mes nos ha regalado varios libros; para Jonathan, mi marido, le ha traído el libro “Maravillas” del autor Brian Selznick, una auténtica joya. A Paulo, le ha regalado otro libro muy chulo, y con el que todos hemos disfrutado en casa, “ En busca del beso perdido” y a mi, a quien tantos libros ha regalado, “El poder está en ti” Muchos de los que me conocen, saben que cuando cuento algo personal, es porque detrás de la experiencia, viene el mensaje, y ésta vez no va a ser diferente. Hoy, les quiero hablar de algo que verdaderamente me preocupa de la sociedad. Cuando descubrimos que algo es bueno para nuestras vidas, nos lanzamos a consumirlo con desmesura y eso siempre, trae consecuencias negativas. Leer es positivo, yo no voy a decir lo contrario, pero las maneras en las que muchas veces queremos convencer a nuestros hijos para que lean, no son las mejores. Los estudios apuntan que la lectura tiene beneficios psicológicos, y es por ésto, que los padres nos lanzamos como locos a comprar libros para nuestros hijos, obligándoles así, a leer. Mientras, nosotros nos ponemos a ver la tv, o inclusive, a jugar con los video juegos. ¡Vamos a ver! Comer verduras es sano, pero no por ello, me voy a una huerta, y le meto en la boca a mi hijo una zanahoria directamente sacada de la tierra, por mucho que me digan que recién cogidas es cuando más nutrientes tienen. ¡Practiquemos el sentido común! Pues el pobre niño, mientras está en la difícil tarea de engullir a la señora Zanahoria, nos tiene a nosotros, a los padres pegados a la oreja, repitiéndoles una y otra vez: ¡Come verduras mi niño, que son muy sanas! mientras nosotros, le damos un bocado al bocadillo de pechuga. A ver, un poquito de compasión. ¿No creen? Pues con la lectura pasa igual, debemos entender que los libros son como las verduras, éstos se deben lavar, y cocinar para que los más pequeños puedan digerirlos bien. Los niños no son bobos, saben cuando algo es bueno o algo es malo, y los adultos debemos comprender que las cosas no se logran de un día para otro. Es más, les diré una cosa, si quieres que tu hijo lea, primero debes prepararlo para que aprenda a estar quieto en un lugar cómodo, para que así pueda disfrutar de un ratito con su libro. Mi hijo Paulo, con tan sólo un año, cogía un librito de plástico, de esos con los que se pueden bañar, y se sentaba en el sofá a imitarme. Aquel juego tan divertido sólo duraba unos segundos, pero así es como se debe iniciar el niño en la lectura, jugando e imitando, o eso creo yo. Yo no pretendía que éste pusiera su atención en el contenido del libro, no en aquel momento, pero sí que con aquel juego, se estaba implantando en él, el mensaje de la lectura ¿Me comprenden? Cada vez que Paulo hacia aquello, yo lo felicitaba y lo motivaba diciéndole, que ya era todo un hombre grande, como papá y mamá. Y rápidamente, aquel enanito que apenadas caminaba, se llenaba de autoestima y comprendía que aquel halago que mamá le había regalado, tenía relación con aquello que tenía en la mano y que apenas sabía pronunciar; libro. Es más, recuerdo como si fuera hoy, que Paulo aprendió la palabra “book” antes que la palabra “libro” porque para él, aquella palabra le resultaba más fácil de pronunciar. El hecho de crear un vínculo con el niño y el libro, no sólo debe perseguir el propósito de adquirir conocimientos. Este vínculo puede ser enriquecedor de forma directa e indirecta, es decir, Paulo en aquel periodo de su vida, sacó muchas cosas positivas, sin ni siquiera saber leer. De manera indirecta, aprendió dos palabras, las que antes les mencioné – book y libro – y además, ganó en autoestima, en felicidad, en pasar ratitos jugando con papá y con mamá ¿Qué más se le puede pedir a un niño que no sabe leer? ¿Qué más se le puede pedir a un libro para bebes? ¿Qué más? A mi, nunca me pareció insuficientes estos beneficios. Hay otros estudios, que apuntan que con el juego se establecen nuevas conexiones neuronales. A su vez, las nuevas conexiones sinápticas favorecen que el pensamiento sea más rápido y más eficaz, con repercusiones positivas en la lectura ¡Ven que no estaba tan loca! Así pues, si quieres que tus niños lean, haz primero que jueguen. Haz como con las verduras, primero las lavas, las cocinas y luego, a comer. ¡Comer y leer son dos verbos que nos ayudan a crecer, que no te quepa la menor duda! Y hablando de juegos, he descubierto uno, que quizás algunos de ustedes ya conozcan se llama Wari. Wari, considerado el ajedrez de África, tiene su origen en el antiguo Egipto. Algunos arqueólogos de gran prestigio, han encontrado tableros de este juego tallados en piedra en los templos de Menfis, Tebas y Luxor, en Egipto. Se dice de este pasatiempo, que se comenzó a usar como un sistema de contabilidad, de hecho, hay algunas evidencias que afirman que el juego Wari fue inventado por los sumarios hace miles de años como un sistema de entradas y salidas de dinero. Otros autores adscriben al juego, un propósito recreativo o tal vez, un propósito ritual lleno de simbolismo donde el tablero representaría el mundo, un tablero de piedra que se colocaría de este a oeste, en alineación con el sol naciente y el sol poniente, y las piedras, las fichas que se usaban para jugar, representaban las estrellas, mientras que los agujeros donde se depositan las mismas, serían los dioses moviéndolas a través del tiempo y del espacio. Así que ya saben, no importa, si con el wari o tirando piedras al mar, dejen siempre a sus hijos jugar, así es como creo yo, que en el futuro, los más pequeños de casa, leerán más.

– John Cleese-  “Si quieres trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar”

Cinco piedras a 45.000 euros

blog viernes1
Muchas personas creen que la economía es una materia complicada de entender, que no todos son capaces de comprenderla y que para ello, están los expertos en las finanzas . Yo no opino igual, discrepo de una manera brutal, y les diré el porqué. En primer lugar, llevar la economía de un país, en cierta forma, es como llevar la de una casa. Muchos pensarán que me volví loca al hacer semejante afirmación, pero creanme que no lo estoy. Hoy, quiero hablarles de económica práctica, en otras palabras, de la economía de la abuela. Ésta nace de una tesis básica: “No gastes más de lo que no tienes” La cuestión es que sí tengo mil euros, con esa cantidad es la que tendré que adaptarme y gestionarme, para adquirir lo indispensable en cualquier casa de vecino, (aclaro que comprar i-phones e irse de vacaciones debiendo una letra de la hipoteca de tu casa no son gastos que estén dentro de las necesidades básicas del hombre) también quiero puntualizar que la cantidad en sí que he indicado, sea poca o mucha para ustedes, es otro asunto. Yo sólo he dado esta cifra como ejemplo, pues de lo que realmente quiero hablar es de el concepto “saber gestionar” Por tanto, y para continuar con mi argumento, les diré que, sí con esos mil euros yo hago una mala gestión, sumando gastos innecesario, que al final de mes, me da como resultado, números rojos en mi cuenta, comprenderemos todos, o eso espero, que la gestión no ha sido positiva, pues, esto es lo que pasa en la economía mundial. Muchos expertos en números, seguro que me dirían: “Eso no es así Johanna, las cosas no son tan fáciles cuando hablamos de llevar los números de todo un país” Y comenzarían así, a vendernos la moto. ¿Cómo le vende alguien la moto, a otro que no sabe de motos? Sencillo, usando términos complicados de entender, y que dan la apariencia, de que lo que nos están diciendo tiene todo el sentido del mundo, vamos que les da caché usar palabras vacías de sentido. Ésto siempre ha funcionado así en la historia del hombre, yo no estoy inventando nada nuevo, que ustedes no sepan. Cuanto más estirado te pongas y más verborrea culta sueltes por la boquita, que dios te ha dado, más auténtica y buena sonará la mentira. Para mi, estas estrategias de convencer al otro son las mejores herramientas de un buen truco de mágica, del que les diré que ya estoy muy cansada de ver. Ni de broma, me atrevería a decir, que a mi nadie me vende la moto, mucho cuidado con ésto, porque estoy segura de que antes de terminar la frase, ya estaría cayendo en alguna trampa. Y éste sería pues, y en segundo lugar, mi argumento de que llevar la economía de un país es como la de llevar la economía de una casa. Cualquier argumento de economía con falta de claridad verbal no está hablando de números, sólo es una técnica más para que te lleves el ciclomotor a casa, y una vez sentado en tu sofá, te des cuenta de que te la han colado, pero lamentablemente ya será tarde para hacer del pasado un presente distinto y por tanto, te quedarás con la moto pa´ti, pa´ siempre. Yo sigo en mi misma postura, ni encima del burro, ni debajo de él, me mantengo al lado, porque éste es el único lugar, y la única forma que tengo de poder escuchar con claridad a todos los dueños de burros, sentados en sus tronos, (es decir encima del burro) y que se empeñan en hablarnos en chino mandarín de la política que existe sobre la económica. Éstos, los que van montados encima del pobre asno, son los que seguro me dirán que no tengo ni idea de economía. Señores burros, por favor, díganles a sus dueños que yo de economía sí que entiendo, de lo que no entiendo es la económica de la que ellos me hablan. Después de este desahogo, les confieso que el título del blog de hoy, lo redacté con la sencilla razón de hacerles ver que el dinero en sí no tiene valor, y que somos nosotros los que le damos ese valor a un billete que quizás, un indigna de alguna tribu del mundo, ni le prestaría la menor de la atención, esa sí que es gente sabia. Te planteo una cuestión ¿Pagarías por cinco piedras la cantidad de 45.000 euros? Ustedes dirían, depende de que piedras me hables, sí son piedras de una playa cualquiera, sería una locura pagar esa cantidad por ellas, aunque con los millonarios nunca se sabe, a veces tienen unos comportamientos tan extraños, que hasta la tecnología ovni me resulta hasta más fácil de entender. Otros, dirían que si se trata de piedras preciosas, se lo pensarían, aún no teniendo el dinero, y es aquí donde la señora avaricia entra a jugar. Pero, mi respuesta para sorpresa de todos sería otra, yo les diría que las cinco piedras a las que yo me refiero, no son ni las de playas, ni las tan apreciadas piedras preciosas. Las cinco piedras a las que yo me refiero son cinco casas. Ustedes dirán, pero Johanna ¿Qué tiene que ver las piedras con las casas? Y yo les respondo, lo mismito que la cláusula suelo en las hipotecas. Entienden ahora, como lo que les decía antes no era tan descabellado, entre más enredo verbal hay, más grande es el engaño, pero no se apuren que tengo más que contarles. Tras haber descubierto que las cinco piedras a las que me refería son cinco casas, la cosa comienza a sonarles mejor, y les pica la curiosidad, fíjense si les pica, que seguro que entre ustedes, los habrá frotándose las manos, y nuevamente les surgirá otra pregunta ¿De qué tipo de casas hablamos? La respuesta; casa en ruinas. Y es aquí donde comenzarían las apuestas, algunos de ustedes abandonarían el juego, no se van a gastar ese dineral en casas que no valen para nada, otros , en cambio, sí que entrarían en el juego, ya sea porque les apetece cumplir un sueño, porque ven un posible negocio… El caso es que el hombre siempre está valorando el producto a razón de como entiende el mundo, y esto va a depender de que tipo consumidor seas. Les pondré un caso verídico, hace unas semanas leí un artículo con un titular muy atractivo “Se venden aldeas abandonas en España” y los siguientes subtítulos que acompañaban la noticia eran los siguientes “ – Más de 2.300 municipios están abandonados en España, la mitad de ellos en Galicia y Asturias. -Cada vez hay más gente dispuesta a cambiar la vida de la ciudad por la tranquilidad del campo” El artículo ofrecía datos que me dejaban los pelos de punta, pues el número de casas rurales abandonas en España es bastante alto, y además, añadía que los británicos eran los compradores más interesados en adquirir este tipo de vivienda, quienes en su país por esta cantidad de dinero no podrían comprarse ni una plaza de garaje, pero en cambio en España podrían comprarse todo un pueblo. Yo no tengo nada en contra de que personas de otros países vengan a vivir al nuestro, eso a estas alturas de la partida, sobra decirlo pero sí que me mosquea y mucho, es que los economistas de España, esos que trabajan para el Gobierno, no sean capaces de ofrecer alternativas creativas como por ejemplo, que les diría yo… Así sin pensarlo mucho, “ofrecer a los sin techos la posibilidad de reconstruir una aldea, ofreciéndoles trabajo y casa, y a su vez fomentar el turismo rural en España” el resultado sería , más dinero para nuestro país, pero claro, como el beneficio no es para ellos, para que molestarse. Hombre, o bien, esta gente está falta de imaginación o algo pasa con ellos. Aquí, lo único que a mi me parece, es que políticos y banqueros tienen como propósito seguir arruinando a un país, que no se entera de que no se puede estar gastando más de lo que se tiene, y mientras tanto los expertos en números siguen poniendo en práctica la operación más sencilla dentro de las matemáticas, la suma. Una suma cuyo resultado, y que yo aún no he descubierto como lo hacen, siempre termina en sus bolsillos, admito que éste es un nuevo truco de magia dentro del show de éstos a los que llamamos expertos, y que mi padre solía llamar ladrones. La pregunta que les lanzo ahora es, sin importar si las piedras de la que les hablaba antes eran piedras de playa, piedras preciosas, casas de lujo o abandonadas….¿Tu tienes los 45.000? Sí la respuesta es no, ¿Para qué te metiste en el juego?. Nunca nadie te advirtió que jugar con fuego puede traer problemas. Por cierto, ¿Algunos de ustedes esta interesado en una moto de segunda mano que un amigo está vendiendo en 500 euros? jajajaja que trasto soy. Pero una cosa les diré sea trasto o no, estoy segura que alguien me escribirá preguntando por la moto, y es que el hombre aunque haya tropezado con la misma piedra varias veces, y aunque le señales la piedra, y éste incluso, la vea volverá a tropezar con ella. Yo estoy completamente segura, de que sí la humanidad guardara silencio, sólo por un instante, se escucharía de fondo las carcajadas de las piedras. Y es que el hombre es el mejor cómico de la vida, y éstas, las piedras, nuestro mejor público. Lamentablemente, jamás escucharemos las risas de las piedras, porque la sociedad nos tiene bien distraído con el sonido del materialismo. Y yo que no tengo nada de burra, pero sí la terquedad de éste, me mantengo terca en mi opinión de que ni las piedras, ni el dinero son alimentos sanos para nuestro organismo, por tanto concluyo, que es absurdo que nos matemos a trabajar para obtener dinero, pues el dinero es un medio para conseguir las cosas que de verdad son importantes. Sin embargo, trabajar sólo para ganar dinero es la mayor estupidez que el hombre ha podido hacer en la vida, ya que lo único que ha logrado con ello, es volver a caer en la esclavitud. Alguna que otra vez he escuchado que enamorase es una estupidez, yo en cambio pienso, que enamorase del dinero sí que lo es. Buenas noches Consumismo, buenos días Libertad.

El cartero que soñaba con piedras

       El progreso siempre es beneficioso para todos aunque algunas cabezas perdidas por los mundos del miedo al cambio, no lo consideren así. El impulso que algunos hombres y mujeres tienen por mejorar la condición humana no es una tarea fácil, muchos de estos visionarios, adelantados a su época, fueron personas injustamente criticadas, señaladas y en muchos casos, asesinadas por plantearpalacio un cambio de luces, de florecimiento, de mejora, de evolución. Un cambio que sólo ellos fueron capaces de ver, y que lamentablemente el resto, no sólo no lo vio, sino que provocó en ellos un fuerte cabreo y como consecuencia, el escándalo no tardó en hacer acto de presencia y del resto,se encargó la señora cólera. Todos los idiomas del mundo cuenta con unos verbos muy especiales en su gramática, estos términos son, a mi parecer, como pequeños mantras y aunque, no son vocablos que provienen del antiguo lenguaje sánscrito, provocan en nosotros unos efectos similares al popular mantra “OM”, que según el hinduismo es el sonido creador del universo y el principio de la existencia. No quiero confundir a nadie, yo no estoy diciendo que éstos verbos sean mantras, espero que ésto quede bien claro, lo que trato de explicar es que éstos son los hermanos menores de los mantras de mayor vibración, y que al nivel mundano en el que nos movemos, nos vienen como anillo al dedo. Una cosa es conocer la palabra y otra es hacer uso de la palabra, me explico mejor. Estoy segura, casi al 100% que la gran mayoría de ustedes conocen estos verbos; Evolucionar, Innovar, Renovar, Diversificar, Modificar, Reformar, Transformar, Transmutar, Alterar y Mudar. Pero, ¿Cuántos de ustedes ponen en práctica estos verbos? En esta respuesta no me voy arriesgar a dar un porcentaje, no por miedo a equivocarme, sino porque me gusta ser respetuosa. Para mi, éstos verbos son como pastillas que contienen fibra, vitaminas, calcio… Son términos que alimentan y nutren nuestro cuerpo y alma, a fin de evitar que enfermemos. No tomar estas píldoras puede provocar enfermedades como pueden ser la depresión. Es por ésto, que los expertos en tratar esta enfermedad receten estos verbos a sus pacientes, enviándolos por ejemplo, a la peluquería, para así CAMBIAR el aspecto físico. ¿Se dan cuenta? Por razones que conozco, pero que prefiero comentar en otro blog, las personas cogen fobias a estos conceptos y es por eso, que la humanidad anda estancada en pensamiento, sentimiento y acción. Tanto es así, que a veces pienso que las paredes de nuestras casas tienen más movimiento que nuestro interés por la vida, bendito corazón que nos mantiene vivos. A pesar de mi posición y creencia por la evolución y el despertar en el hombre, también soy consciente de que estas pastillas son caras y no las da la seguridad social. Pero, debemos hacer un esfuerzo y consumirlas. Eso sí, recuerda que es importante ser constante en su consumo, porque de lo contrario no tendrá el mismo efecto en el organismo. Por otro lado, también es importante advertirles de los efectos secundarios de estas píldoras pues, aunque son naturales, bien es cierto que sólo las pueden consumir aquellas personas con consciencia. Cuando decidimos hacer un cambio en nuestra vida, no quiere decir que logremos el objetivo con el primer paso, al principio cambiar cuesta, duele, pica… pero eso es una buena señal, quiere decir que el tratamiento está haciendo su trabajo. Nada en el mundo permanece estático, inmóvil, ni siquiera el suelo que pisas, o crees estar pisando, (ahora me puse en plan Matrix) está parado. Hasta las profesiones cambian con el tiempo. Los carteros por ejemplos, quienes celebran el 9 de Octubre el día mundial del correo, han transformado su forma de trabajar. Los correos son conocidos desde la antigüedad, y los primeros en hacer uso de esta forma de mantenerse en contacto e informado fueron los soberanos, hasta que con el paso del tiempo, este sistema pasó a ser una organización estatal para uso de todos los ciudadanos. En la Biblia se menciona cómo se realizaban servicios que transportaban carta del rey y sus príncipes a través de Israel y Judá. El filosofo chino Confucio también hablaba de la posta real, al igual que el historiador griego Heródoto quien explica en sus escritos con palabras de halago, como estos hombres a caballo, transmitían rápidamente los mensajes, sin que nadie los pudiera desviar de su cometido. En la época Romana, el correo también está presente, y según la historia fue en esta época cuando surgió el primer servicio postal más parecido al nuestro, de la mano de Cesar Augusto, a diferencia de la época medieval donde el correo era un servicio privativo del rey. Como todos entenderán, el tiempo se encargó de hacer de esta actividad, una necesidad social que se ha ido renovando poco a poco, con el paso del tiempo y adaptando a las necesidades sociales. Hasta Internet ya ha metido las narices en esta profesión, Si Cesar levantara la cabeza, se regozaría de alegría al ver el funcionamiento actual de correos, pues éste sí que era un hombre con visión. Aunque, también les digo que mucho queda por avanzar y mejorar en esta profesión, en la que los carteros aún no están del todo bien valorados. Por cierto, mientras estoy escribiendo, me empiezan a llegar vibraciones con olor a dudas. Dudas de lectores que comienzan a preguntarse, sí hoy hablaré de piedras, también me llegan pensamientos de algunos que afirman que hoy es imposible que pueda introducir ningún tema sobre piedras, e incluso un leve y lejano susurro que afirma que no lo lograría, que no era posible escribir en todos los blogs sobre piedras. Pero lamento darles una buena noticia. Hoy, también les hablaré de piedras. ¿Cómo puedo hablar de piedras y de los carteros? ¿Existe alguna relación entre éstos? Se preguntarán. Pues muy fácil, contándoles una hermosa y auténtica historia sobre un cartero que construyó un palacio de piedras. Ferdinand Cheval, el cartero que ha pasado a ser reconocido por su “Palais Ideal” que así es como bautizó a su obra arquitectónica surrealista, es un cartero del sur de Francia del siglo XIX, que tenía asignada una ruta diaria en su trabajo como repartidor de noticias. Éste obsesionado por recoger piedras, pasó 33 años recogiendo y construyendo su palacio. La increíble construcción se encuentra en Hauterives, y está abierto al público, durante casi todo el año. En él, además de contar con una mezquita, templo hindú y un castillo medieval, también se encuentra enterrado su propio creador. Este monumento histórico de Francia, que por un tiempo fue la obsesión de un hombre que no tenía estudios de arquitectura, está considerado como uno de los máximos exponentes en la arquitectura surrealista, e incluso ha sido fuente de inspiración para artistas e intelectuales como pudo ser Pablo Picasso. No cabe duda, que este hombre además de cumplir con sus obligaciones laborales, buscó tiempo para dejar volar su imaginación y hacer realidad un sueño. Ferdinand, un hombre que no creyó en la limitaciones, y se dejó llevar por su intuición y pasión, y quién piedra a piedra hizo de un sueño, una realidad. No sé que pensarán ustedes, pero yo creo que Ferdinand tomaba las píldoras antidepresivas de las que les comentaba antes. Por favor, hagan uso de estos verbos, aunque al principio tengan miedos, sean valientes, y empiecen a dedicarle parte de su tiempo, aquellas cosas que les gustan hacer, esas cosas que les hacen sentir vivos. Y así es como un día, haciendo lo que te hace feliz, lograrás cambiar tu vida. Siéntelo, piénsalo y hazlo, y verás como piedrita a piedrita lo conseguirás, de la misma forma que lo hizo este cartero francés. Tras leer su historia, recordé el tan conocido refrán: “Cuantas más piedras encuentre en mi camino, más grande construiré mi castillo” quién sabe, quizás este refrán nació por la historia de Ferdinand. En tus manos está tú transformación; Tú eres la espera, tú eres el inicio y tú eres el fin.